Elegí parar para cuidarme, para escucharme.
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parar para avanzar

Durante casi un año he estado en silencio por aquí.  
No fue casualidad, fue necesario.

A veces, el cuerpo —o la vida misma— te da señales de que es momento de bajar el ritmo.
Y si no las escuchas, te lo recuerda a su manera.

En mi caso, tuve que aprender a parar. 

A echar el freno (que no es lo mismo que tirar la toalla).
A soltar la prisa.
A bajar el volumen del “haz más” para poder escuchar lo que de verdad importaba.

Elegí cuidarme.
Y entendí que no pasa nada por no llegar a todo.

Porque, a veces, solo cuando paras, puedes escucharte de verdad.
Y darte permiso para elegir lo que sí… y lo que, por ahora, no.

Y en ese parar, me di cuenta de algo simple:
cuidarme también es avanzar 🤍

No es un gran descubrimiento.
Es solo una pequeña brújula.
La mía.

No era lo que esperaba para este año…
Pero la vida no siempre sube.
Ni siempre baja.

Y eso también está bien.

Hoy vuelvo a este espacio.
Con calma.
Con mi ritmo.
Y con otra mirada.

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